Humanos más humanos
En un momento donde el mundo entero trabaja para que las máquinas sean más inteligentes, Selia decidió trabajar para que los humanos seamos más humanos.
Una marca que nace de una verdad contemporánea: el bienestar emocional ya no puede reducirse a sanar una herida, sino a acompañar la evolución constante de las personas en un mundo cada vez más tecnológico y desconectado.
El reto
Selia era una marca de teleconsulta con gran potencial, pero con una identidad fragmentada y una comunicación que no reflejaba su propósito ni su relevancia cultural. La categoría de terapia online se había vuelto un commodity, y la conversación sobre salud mental seguía atada al dolor y al tabú.
El desafío fue reposicionar Selia como el acompañante emocional de una nueva generación: empático, moderno y profundamente humano.
La estrategia
Desde Panorama reimaginamos el rol de Selia: no como una app de terapia, sino como un espacio digital para crecer y sanar.
Construimos una plataforma de marca que se mueve entre la razón y la emoción, entre el algoritmo y la empatía.
Su propósito: “trabajar y usar la tecnología para que los humanos cada día seamos más humanos” guía toda su estrategia de comunicación y producto, convirtiéndola en un símbolo de bienestar contemporáneo.
Selia deja de hablar solo de salud mental para hablar de autoconocimiento, conexión y evolución personal. La marca invita a detenerse, escucharse y reconectarse con lo que realmente importa.
La identidad
Visualmente, el nuevo sistema expresa esa búsqueda de equilibrio entre tecnología y humanidad.
Una paleta serena y cálida equilibra tonos digitales con matices orgánicos. La tipografía combina precisión con suavidad. Y el logo, más limpio y flexible, refleja la cercanía y confianza que Selia quiere inspirar.
El tono de voz es directo, empático y valiente: habla sin eufemismos, con frases que invitan a reflexionar: “No estás roto. Estás vivo.” Y “Mientras el mundo le habla a las máquinas, nosotros te hablamos a ti.”
Ilustraciones hechas a mano que reflejan y dignifican ese valor de lo hecho por humanos en un mundo que combina lo onírico o fantasioso con la realidad. Evidencia el camino de auto conocerse como precisamente un camino y no un fin.
El resultado es una marca viva, coherente y emocionalmente relevante. Una marca que transforma la tecnología en un puente hacia lo más esencial: lo humano.




















