El arte de las oportunidades.

Colombia es un país desigual y con brechas sociales marcadas, en donde los niños y jóvenes de comunidades vulnerables tienen poco acceso a oportunidades. Su autoestima y confianza propia se ve limitada por lo que sus circunstancias y entorno les dicen que pueden lograr. Lamentablemente es una sociedad que dictamina el futuro de las personas basadas en su condición socioeconómica.

Por eso hace más de 11 años nació Cakike, en el corazón de La Candelaria en Bogotá. Una fundación que mediante las artes y en especial la música, busca disminuir las brechas educativas y de acceso a aprendizaje musical que existen en los niños y jóvenes de sectores menos favorecidos en Bogotá y Cartagena. No solo los ayuda a tocar un instrumento, sino que les ayuda a potenciar la sensibilidad social y, a diferencia de otras fundaciones, en Cakike se mezcla el desarrollo del ser con las habilidades de vida que se crean alrededor de la disciplina musical. Es el lugar donde se devuelve la capacidad de soñar en grande de niños, jóvenes y sus comunidades, a través de una conexión profunda y emocional con la música.

De la mano de un equipo excepcional, hicimos un rediseño y reposicionamiento estratégico que buscaba alejarse de lo clichés de las fundaciones infantiles y de jóvenes, que históricamente han sido representadas como guarderías asistencialistas que no cuentan con metodologías claras y un impacto real en la sociedad. Queríamos mantener la esencia optimista y alegre de la marca, pero dándole un look & feel más serio que demuestra el trabajo pedagógico relevante y con trayectoria que la fundación realiza.

Para Cakike creamos todo un universo gráfico que toma inspiración del mundo de la música tradicional para resignificar a la fundación y darle varios recursos que expresan esa positividad y dinamismo que se vive a diario en las instalaciones. Una nueva marca optimista, apasionada y cercana que busca celebrar la vida y las oportunidades sin mirar hacia abajo a estos niños y jóvenes, sino empoderarlos mediante la transformación de la música. Una marca versátil y dinámica que permite modularse y adaptarse a los entornos donde vive para expresarse de maneras diferentes y coloridas.

Una marca que como la música tiene vida propia y movimiento. Creamos todo un universo de marca modular que permite adaptarse con facilidad a la gran variedad de programas con los que cuenta la fundación, manteniendo siempre consistencia y coherencia.

Le dimos toda la importancia que una sinfónica o una orquesta de talla mundial podría tener y eso lo reflejamos en el rediseño. Una marca que empodera a estos niños y jóvenes a dar lo mejor de si a través de un instrumento y celebra su labor.

Es momento de romper las brechas sociales y que, si un niño nació en ciertas situaciones, esto no debe determinar su futuro. Porque cuando una persona rompe las barreras y le muestra a su círculo que existen oportunidades, esto genera un efecto dominó que trasciende colectivamente. Cakike es la celebración y el empoderamiento de niños y jóvenes a través de la música. Esta es su nueva historia.